Es la más avanzada tecnología de radiofrecuencia asociada al microneedling. Estimula la remodelación del colágeno y administra calor por radiofrecuencia profundamente en la dermis para apretar la piel, mejorar el tono, la textura y la apariencia de las cicatrices, y reducir líneas finas y arrugas.
Para rostro, cuello, escote, brazos, abdomen y rodillas.

El ácido hialurónico es un componente normal de la piel, que le aporta volumen e hidratación. Con los años este se va perdiendo, la piel se ve flácida, pierde elasticidad y aparecen las tan odiadas arrugas. Pero eso no es todo, la estructura facial cambia por perdida de hueso, grasa y exceso de piel.

La buena noticia es que la tecnología actual ha desarrollado diferentes tipos de ácido hialurónico para corregir las distintas alteraciones secundarias al envejecimiento.

Un dermatólogo especialista en estética debe reunir conocimiento de los productos y sus ciencias de la anatomía facial y cómo evitar riesgos para el paciente. Pero, además debe ser un artista para lograr dar el contorno y mejorar los detalles superficiales en las diferentes personas según edad, sexo y raza. El resultado final debe ser bueno y natural, esa es nuestra misión más importante.

A través de los años se va perdiendo el volumen facial. Haciendo que la proyección disminuya y también la grasa, lo cual hace que hombres y mujeres representen más edad de la que tienen. Además, el paso del tiempo hace que la piel se torne menos elástica y flácida, generando su descenso.

Dado que el envejecimiento es tridimensional el enfoque de Clínica Dermatológica Estoril proponer un tratamiento que incluya todas las estructuras faciales, porque de esa manera logramos un efecto natural y armónico.

Con los diferentes tipos de rellenos que disponemos podemos reponer volumen, rellenar surcos y tratar arrugas superficiales. También se utiliza para aplicaciones como: rinomodelación, relleno de ojeras, perfilado y voluminización de labios, rejuvenecimiento de manos y relleno de lóbulos de la oreja.

El camino hacia un buen tratamiento comienza con una detallada consulta dermatológica inicial. Lo primero es conversar con plena confianza con el paciente con el fin de crear un vínculo fluido para saber acerca de sus rutinas diaria de cuidados, patologías dermatológicas previas y el motivo de la consulta. Luego de esta conversación se lo evalúa por medio de un examen donde ese evalúa la piel, contornos y volúmenes, tanto faciales como corporales. Teniendo ese diagnóstico inicial el médico traza un plan de tratamiento que debe conjugar deseos y necesidades, los cuales no siempre van de la mano. Muchas veces el paciente solicita un procedimiento que no solucionará su problema o no es lo más importante para él, en ese caso discutiremos en profundidad las diferentes posibilidades y resultados, encontrando el adecuado para cada paciente.

Este plan de tratamiento incluirá todos los pasos necesarios para lograr nuestro objetivo, por eso es muy importante determinar en cuántas etapas lo realizaremos, dependiendo de las posibilidades de tiempo, exposición solar, ocupación y costos. Lo que nunca debemos olvidar es que, en dermatología, la combinación de diferentes métodos logra resultados mejores y más naturales que el abuso de tratamientos aislados.